GRACIAS, SIR PAUL

Prolijo, afilado, acertado, de excelente calidad musical, sublime. Con un repaso por toda su carrera y homenajes a sus ex compañeros Beatles, la noche en la que Paul McCartney volvió a la Argentina después de diecisiete años sólo recibió palabras de elogio. Abajo, el concierto completo.

En la que fue la primera de las dos presentaciones que el ex Beatle concertó en nuestro país, más de 45.000 personas pudieron disfrutar de la excelente performance musical de un Paul McCartney que incluyó en su repertorio no sólo temas de su etapa solista, y de los Wings, sino también algunos de los mejores temas de la banda de los cuatro de Liverpool.

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Paul McCartney agita una bandera argentina sobre el escenario de River

Tal como ya lo había hecho en los shows previos de la gira Up and Coming que lo trajo a nuestro país, Paul McCartney arrancó con Venus and Mars, tema de la época de los Wings, y continuó con otro de la misma época: Rock Show. All my loving fue el primer tema Beatle de la noche que hizo estallar al estadio de River en un ensordecedor grito de alegría.

La lista de temas que el inglés eligió para este tour está repleto de éxitos, de viejas canciones y también de algunas de sus composiciones más nuevas. A sus 68 años, Sir Paul demostró que la buena música también puede ser como el buen vino: lo añejo tiene muy buen sabor.

Con un excelente estado físico y con un show muy bien aceitado, Paul McCartney se paseó por todo el escenario, bailó, hizo juegos con el público, se burló de los gritos histéricos de las fanáticas más enloquecidas, y hasta se dio el lujo de hablar en español durante la mayor parte del recital. Con varias líneas anotadas en un papel al pie de su micrófono, Paul saludó al estadio con un «Buenas noches porteños» y hasta compartió momentos de su infancia: «Cuando tenía once años estudiaba español, y esto es lo que aprendí: tres conejos, tocan el tambor, que sí, que no, que te lo digo yo», dijo Paul con la sonrisa pícara de quién quiere disimular que es consciente de lo que dice.

Entre los momentos más emocionantes de la noche, Here Today – en homenaje a John Lennon – encabezó la lista y arrastró hasta las lagrimas a miles de espectadores. Con las luces tenues y la imagen de Paul McCartney sentado en su piano, el estadio comenzó a cantar con desaforo las primeras estrofas, pero inmediatamente, auto censurados y como si todos se hubiesen puesto de acuerdo, el público se calló para simplemente contemplar desde sus asientos la magia que envolvía el momento.

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Un entusiasmado Paul McCartney arengó al público que respondió a la altura de su líder

Con Hey Jude, en cambio, la entusiasmadísima audiencia pudo liberar la carga contenida. Mientras Paul – como en un acto de un colegio primario – animaba la fiesta haciendo cantar a las mujeres por un lado y a los hombres por el otro, las más de 45.000 gargantas se enrojecieron al ritmo del clásico «Nah nah nah» final en un cierre de canción que se extendió tanto como un tema más.

Con una reversión de Something y My Love – dedicados a George Harrison y Linda McCartney respectivamente – se completó la lista de los homenajes de la noche.

Aunque la puesta en escena fue impecable y absolutamente acertada en cada momento del show, el turno de Live and Let Die le dió a Paul McCartney la posibilidad de jugar las fichas más fuertes en lo que a ambientación corresponde. Con fuegos artificiales, luces, reflectores y hasta fuego, el ex Beatle dio paso a un imponente episodio musical que, aunque con miedo a pecar de aparatoso, provocó un estado de excitación generalizado en el estadio River Plate.

La visita de Paul McCartney a la Argentina se da en el marco de una gira que comenzó este año y que ya llevó al oriundo de Liverpool a lugares como Europa, Estados Unidos y otras partes de Latinoamérica además de nuestro país. Esta vuelta alrededor del mundo gracias al Up and Coming Tour desemboca en un show más que ensayado, prolijo y efectivo en el que absolutamente nada falla.

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Paul McCartney homenajeó a los que se fueron: Lennon, Harrison y Linda Eastman

Bajo un estado de excitación y desaforo, el público bendijo con sus gritos la acertada decisión del ex Wings de venir a nuestro país una vez más. Para muchos, la presencia de Paul McCartney en el Monumental significó la mayor cercanía a Los Beatles que jamás podrían llegar a imaginar.

Sin dudas fue un recital histórico en muchos sentidos: significó la presencia física de un ex Beatle entre nosotros y, seguramente una de sus últimas presentaciones en vivo, al menos en nuestro país.

Todo en la noche en la que Paul McCartney nos visitó fue sencillamente arrollador. El único pensamiento negativo con la capacidad de carcomer las mentes de los espectadores era uno: en algún momento, el show debe terminar.

Aunque probablemente irreal, la única esperanza la alimentó el mismísimo Paul al cerrar la noche: «Hasta la próxima visita Argentina». Que así sea, Sir.

AQUÍ, EL CONCIERTO COMPLETO:

 

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